Es fácil ser buen deportista cuando ganas. Bastante más difícil es serlo cuando pierdes. Si no lo has hecho bien, piensa en hacerlo mejor la próxima vez, pero no busques excusas. Nadie está interesado en tus problemas y excusas. Únicamente dependes de ti mismo. Debes estar preparado para aceptar la victoria con calma y modestia, y la derrota con humildad. Si no sabes aceptar con elegancia las derrotas y los malos momentos, es fácil que desaparezcas rápidamente de las piscinas, mientras que un comportamiento de buen deportista te ayudará a sobrevivir en tu deporte. Sobre todo en los jóvenes, la actitud de los padres puede ayudarles a mantenerse dentro del deporte. En el deporte, como en la vida, no siempre se puede ganar, y lo más importante es luchar para superarse en las siguientes ocasiones”.
Guillem Alsina